La Casa al Sole dispone de cuatro habitaciones amplias y luminosas. El cuidado puesto en el mobiliario y la tapicería revela el gusto de los propietarios y la pertenencia de la familia a una antigua tradición de artesanos dedicados al arte de amueblar. No menos fascinante es la decisión de disponer las habitaciones, cada una orientada hacia un punto cardinal diferente, con la precisa intención de dar a la casa una dimensión circular y recordar a quienes la habitan la riqueza de un lugar capaz de contarnos infinitas y todas diferentes historias. La habitación amarilla que se ilumina primero al amanecer. La azul, del color de las glicinas, que da al patio interior donde Vanda cultiva guindillas y tomates entre palmeras datileras y lirios de lluvia. En el verde que domina el parterre de especias, alcaparras, flores y frutas exóticas que cuidan Vanda y Salvino. O en la roja, desde la que se divisa el horizonte y se oyen las campanas de las catedrales mezcladas con el muecín de las mezquitas del casco antiguo. Cuando el viento es propicio, el canto lánguido de todos nuestros dioses llega a casa.
Todas las habitaciones tienen aire acondicionado y conexión WI-FI gratuita. Todas las habitaciones tienen su propio cuarto de baño. Los huéspedes tienen a su disposición ropa de cama y toallas, y todas las habitaciones están equipadas con TV vía satélite.